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Justo cuando Alberto suponía que el pellejo de su lechón comenzaba a crepitar y desprender suculentos olores en el horno de la panadería vecina algún bribón planificaba uno de los robos más ocurrentes de los últimos tiempos en este poblado de Fomento.

Desde hace años es común aquí, que en los días festivos de fin de año, muchos lleven a asar su lechón a la panadería, bajo la custodia de un panadero conocido.

Y eso fue lo que hizo Alberto bien temprano en la mañana de este 24 diciembre. Después de dar muerte a su lechoncito de 6 meses, contando la tercera costilla, y clavándole justo allí el cuchillo. Sonia, su mujer, se encargó de adobar aquella carne con naranja agria, ajo,cebolla y laurel. En un santiamén el puerquito estaba haciendo su entradatriunfal en el horno de leña de la panadería.

«Ven a recogerlo a eso de las 5» le dijo elpanadero a Alberto, que se fue a su casa a esperar bañadito y con la botella deron a los 23 comensales que llegarían a su casa para degustar el asado.

Pero cuando el guajiro se apareció en la panadería a buscar su manjar, el desconcertado panadero aseguró que ya habíaido a recogerlo un sobrino de Alberto. Y no hace falta decirlo, ahí mismo se formó el jelengue, que requirió de intervención policial, y también de servicios asistenciales para compensarle la presión a Alberto, que cuatro días después no calma su ira.

“El ladrón del puerco” como le llaman ahora aquien tuvo tan cruel iniciativa, se ha vuelto por estos días el personaje más renombrado del poblado, y también el bandido más buscado de los últimos tiempos. No se sabe nada de él pero algo puede inferirse con total seguridad: ¡tiene la barriga llena!

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