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¿A qué popular médico nos estamos refiriendo? Pues te invitamos a conocer desde Cabalan al medico chino.
Foto: itisor.wordpress.com

En Cuba hay un médico muy famoso y conocido por todos. Ese que si no logra sanarnos, muy difícilmente otro podría. Y lo avala precisamente el gran reconocimiento que ha logrado entre tantas y tantas generaciones.

¿A qué popular médico nos estamos refiriendo? Pues te invitamos a conocer desde Cabalan al medico chino.

Es usual en Cuba, cuando alguien tiene muy deteriorada su salud decir: A ese no lo salva ni el médico chino. Esa frase es uno de los refranes más escuchados en las calles cubanas.

Y aunque muchos no lo crean  sí existió. Cuentan  que vivió a finales del siglo pasado en Cuba, como parte de la considerable emigración que llegó por esa época a América, en busca de trabajo. También dicen que se nombró Cham Bom Biam, y que era un estudiante de medicina en su patria, pero que se vio imposibilitado de continuar estudios, por la estrechez económica en que vivía ENTONCES.

Ya en Cuba, mientras el chinito se dedica a trabajos agrícolas en la zona de Coliseo, provincia de Matanzas, se las arregló para continuar sus estudios y logró graduarse  tiempo después. 

Luego comienza entonces a ejercer como médico rural en la misma zona donde antes laboraba la tierra,  y poco a poco adquiere fama de buen médico. Entonces lo buscan los enfermos de la zona y de La Habana, donde ejerce con mucha dedicación. 

Es así que comienza a difundirse la noticia de sus milagrosos aciertos y ganan fama aquellas increíbles curaciones. Los enfermos de todas partes de la isla, recurrían a él como última esperanza de salvación, o cuando estaban desahuciados por otros médicos. 

Al pasar de los años, el pueblo, que es quien definitivamente consagra con su aprobación, gradúa como eminencia médica y de sabiduría general al médico chino. 

Lo que pasó después con Cham Bom Biam ya se sabe. La creencia popular lo convierte en leyenda y cada vez que se conoce de un enfermo que está en su fase terminal la gente dice: ¡A ese no lo salva ni el Médico Chino!

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