La palabra seda nos remite a la industria textil, sin embargo en Cuba lo usos de esta son más variados y significan el incremento de la actividad conocida como sericultura, es decir que cada vez más y más gusanos de seda entren al país para su cultivo.

Incluso se dice que algunas personas los crían en sus propias casas. ¡Sí!, como si fueran mascotas, solo que llevan mucho más cuidado que un perrito o un canario. En este grupo se inscriben los científicos que estudian los ciclos de vida mediante la observación de estos animalitos.

Y es que resulta algo hermoso e interesante el ciclo de vida del gusano de seda.  Este comienza en primavera con la eclosión  de los huevos y a la vuelta de mes y medio o dos meses viene el armado de la pupa. De allí surge una hermosísima mariposa. Los estudiosos han dividido este ciclo en unas siete etapas específicamente.

En cuanto a la producción textil, el proceso es muy gracioso.  Se construye una simulación llamada bosque, con puntos de sujeción elevados.  Esto se puede hacer  mediante maples de huevos en forma vertical en el centro de las bandejas o por la utilización de las rodalinas que son como ejes centrales de donde salen varillas.

Pero ahora bien, si es cierto que se aprovecha de estos dulces animalitos la preciada seda, su uso es más amplio. En la cocina, por ejemplo, resulta una receta exquisita y puede consumirse hervido, frito o en salsa.

También las larvas son usadas por las doctores para curar enfermedades como los espasmos y para disolver flemas. Claro esto después de un proceso industrial que incluye la intoxicación de las citadas larvas con el hongo Beauveria bassiana.

Aunque parecen delicados en extremos estos animalitos son fáciles de alimentar pues sólo hay que darles hojas de morera. Son de fácil limpieza y además inofensivos completamente.